Como ya os dije en el primer post de este mes, yo no celebro Santa Águeda. Vamos, que no me voy de boys, ni de cena, ni compro pastel en forma de “teta”... . Así que, volvía yo de trabajar, como todos los días, y cuando llegué a mi casa, había colgada en el pomo de la puerta de mi piso una bolsa blanca. Al abrirla, descubrí dentro una bolsa de pastelería, cerrada herméticamente, que contenía dos bollos con forma de tetilla, con su pezón y todo. Fue como cuando recibes el regalo de un admirador secreto, que no sabes de quien es porque no lleva nota... Yo deduje, que no podía ser más que un detalle de mi vecina de enfrente (es una de las “yayas” con las que trabajo), que había ido a misa a bendecir los bollos y se había acordado de mi, comprándome otros bollos y bendiciéndolos para regalármelos, así que, como soy muy educada... llamé a su timbre para agradecerle el detalle, pero no estaba, por lo que le pase una notita por debajo de la puerta, agradeciéndole el detalle.
Esta mañana me ha confirmado que fue ella la del misterioso regalo. ¡¡Da gusto tener vecinas así!!
Esta mañana me ha confirmado que fue ella la del misterioso regalo. ¡¡Da gusto tener vecinas así!!
3 comentarios:
qué detalle, eso está muy bien :D
Anda que si no llega a ser esa mujer la del regalo y le dejas la nota xDDDDD
Jue, que suerte!!
Mi vecino de arriba sólo tiene una canica que no deja de botar xDDD
Esa misteriosa canica que venden con todas las casas menos con las nuestras.... jur jur jur Yo quiero mi canica!!!!
Vaya gustazo tener vecinos así, Kela!!
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